El Congreso peruano lo volvió a hacer. Esta vez el voto de censura fue para el ministro de educación, Carlos Gallardo, un voto que lo deja casi automáticamente fuera del cargo. Entre lo que se le reprocha a Gallardo: la filtración del examen nacional para el nombramiento de profesores, pero también sus supuestos vínculos con grupos radicales como Patria Roja y con la organización terrorista Sendero Luminoso. Con nuestro corresponsal en Lima, Carlos Noriega, y Ana María Ospina. En otro capítulo de la guerra entre el Congreso controlado por partidos de la derecha y el gobierno de izquierda del presidente Pedro Castillo, el Parlamento censuró hoy al ministro de Educación, lo que implica su salida del cargo. Fueron 70 congresistas, de un total de 130, los que votaron a favor de la censura del ministro, cuatro más de la mayoría necesaria para aprobarla. Es un duro golpe para el presidente Castillo. El saliente titular de Educación, Carlos Gallardo, profesor como Castillo, es muy cercano al presidente. Ha sido dirigente del sindicato de maestros Fenate, fundado por Castillo en 2017 luego de una huelga del magisterio encabezada por el actual presidente. “Por una parte, hay una injerencia anterior de un sector del Congreso, primero contra el presidente y en segundo término contra los ministros más a la izquierda”, dice a RFI el politólogo Carlos León Moya. “Gallardo en ese lado cumple con esta obligación. El centro y la derecha, que ya lo tenía en la mirada. Gallardo además viene además de la rama más radical del magisterio, a lo cual también pertenece Pedro Castillo. Pero, por otra parte, desde su designación en octubre hasta ahora, lo que ha hecho el ministro también ha alejado un sector del centro. Ese sector pudo haber dicho en un momento 'bueno, ese ministro tiene esa trayectoria, pero defiende determinadas reformas'. Pero las reformas educativas que tienen en el Perú uno, más o menos, seis años, ninguna de ellas ha sido defendida por Gallardo. La reforma de la educación universitaria básicamente se ha puesto de costado. Por otro lado, en el retorno a clases el ministro tampoco ha hecho mejoras. Han presentado un plan para el retorno a clases de marzo del 2022, pero algunos lo consideran restrictivo. Y la excusa final es la denuncia contra su hija [Ynes Gallardo] que junto con una congresista de Perú Libre [Lucinda Vásquez] filtró el examen de la elección de maestros para educación pública. Si bien es cierto que hay un sector que le tenía antipatía desde su designación, en los dos meses que estuvo en el cargo, no ha hecho absolutamente nada por ampliar esa base tampoco”. El argumento del Congreso para censurarlo ha sido la filtración de un examen tomado a los profesores para nombramientos y promociones. La oposición le cuestionó al ministro no haber anulado el examen al estallar el escándalo de la filtración, anulación que finalmente hizo el Congreso. Gallardo ha sido señalado como un opositor a las evaluaciones a los profesores, lo que éste niega. En declaraciones ante la fiscalía, un testigo protegido ha acusado a la hija del ministro y a una congresista del partido oficialista Perú Libre de haber tenido acceso a los exámenes y haberlos vendido a los profesores. Gallardo ha calificado esa acusación como “una patraña”. Los sectores conservadores también le cuestionaban al ahora ex ministro su militancia sindical e izquierdista. “Pedro Castillo tiene un problema no ideológico, sino más institucional y hasta de personalidad: no convoca a más gente fuera de su círculo más cercano y de confianza”, dice León Moya. “Gente que él conoce desde hace tiempo vinculados a su actividad sindical y sus paisanos. Entonces esto hace que un sector radicalizado del magisterio haya tenido tanta influencia al punto de llegar a tener el Ministerio de Educación. El problema es que poco a poco todas estas personas radicalizadas han estado cayendo. Yo no creo que esto sea por una condición ideológica del presidente Castillo. Aunque hay una situación, que parece muy constante, de la derecha de vincular a Castillo con Sendero Luminoso, cada vez esta acusación tiene mucho menos asidero. Las personas más cercanas a Castillo cada vez tienen menos de ideológico, porque las mas ideológicas han ido saliendo”.