El gobierno de Panamá está librando batalla contra la compañía canadiense que lleva años operando la mayor mina de cobre de Centroamérica. Ambas partes están renegociando las condiciones en las que First Quantum Minerals explota este recurso que, aunque corresponde al 75% de los bienes que exporta Panamá, aporta muy pocos ingresos según el Estado. El gobierno de Panamá negó este martes estar cerca de un acuerdo con la canadiense First Quantum Minerals para seguir operando la mayor mina de cobre de América Central, como había señalado horas antes la compañía norteamericana. A mediados de diciembre, el presidente, Laurentino Cortizo, había ordenado la paralización de las operaciones. El grupo canadiense indicó que está listo para aceptar, e incluso superar, las demandas del gobierno panameño presentadas en enero de 2022 en materia de regalías, protección ambiental y normas laborales. El contrato que tiene actualmente la minera canadiense en Panamá tiene una regalía del 2% sobre las ventas, y Panamá quiere que se aumente al menos al 12%. Negociaciones en curso Pero según el comunicado del gobierno, la minera "ha presentado propuestas que le ofrecen más beneficios a la empresa en escenarios favorables, cuando el precio del cobre es alto, y no sólo protecciones en escenarios desfavorables, cuando el precio del cobre baja". Como explica el abogado ambientalista Rodrigo Noriega, la compañía empezó a operar la mayor mina de cobre de América Central en condiciones muy distintas a las de hoy en día: “En 1997, Panamá firmó una ley que permite la explotación minera a cielo abierto. Se estableció esa legislación minera tan baja, pensando que la inversión extranjera generaría empleo y esto resolvería los principales problemas del país”. “En el año 2017, la Corte Suprema de Justicia de Panamá declaró inconstitucional la ley del año 1997 y se pusieron algunos recursos judiciales, pero finalmente, en el año 2021 se resolvió el último recurso en contra de la explotación minera. Y eso es lo que provoca la crisis que obliga a las dos partes, al Estado panameño y a la minera, a negociar. El Estado panameño quiere que pague del 12 al 16% de regalías y que pague impuesto sobre la renta y otros impuestos más, lo que produciría 375 millones de dólares al año para el Estado panameño como mínimo. Sin embargo, la minera canadiense First Quantum Minerals se niega a ese compromiso porque ellos alegan que el precio del cobre varía porque hay otras condiciones, otros gastos. Ellos tienen que amortizar sus inversiones o préstamos y demás”, explica Noriega. El tema ambiental en la mesa Más allá de los ingresos para el Estado, está el tema ambiental porque, si bien Panamá no exporta muchos bienes, el cobre cuenta por tres cuartas partes de sus exportaciones. “El recurso que más consume la mina es agua, el agua de los ríos y eso pues le quita agua a los campesinos. Segundo, al ser un país tropical, Panamá es el quinto país donde más llueve por metro cuadrado en el mundo, entonces eso tiene un riesgo de desborde, de inundaciones. Lamentablemente, es una zona del Caribe panameño, la zona más boscosa de Panamá, con más intensidad de la biodiversidad panameña, y ahí se estableció la mina en el centro del corazón de esta zona boscosa que se llama el Corredor Biológico Mesoamericano de Panamá. Se devastó 13.600 hectáreas de bosque la empresa minera que encima ha ocupado otras 7.500 hectáreas de bosque para ampliar sus operaciones de forma ilegal. Eso es otra disputa que tiene con el Estado panameño”, detalla el abogado ambientalista. La mina, descubierta en 1968, se encuentra en la costa del Caribe, a 240 km por carretera de la capital y una hora en helicóptero. First Quantum, que cotiza en la Bolsa de Toronto, tiene además operaciones en España, Turquía, Finlandia, Australia, Zambia y Mauritania.