Después de que el presidente de Chile, Gabriel Boric, anunció su proyecto de reforma de pensiones y el fin de las AFP, las Administradoras de Fondos de Pensiones, creadas en la dictadura de Augusto Pinochet; representantes de organizaciones contrarias a las AFP no simpatizan completamente con el proyecto por considerarlo muy diferente de las demandas de la población. Los detractores de las AFP no están contentos con el proyecto de reforma propuesto por Gabriel Boric y consideran que su aprobación será bastante compleja de alcanzar. No solo Boric no tiene mayoría en el Congreso, lo que hace suponer que la resistencia será evidente en el hemiciclo, sino que depende de otre proyecto presentado también por Boric, el de la reforma tributaria. Es decir, el financiamiento de la reforma al sistema de pensiones depende que se apruebe la reforma tributaria que tampoco cuenta con el respaldo de la oposición y que recién inició su discusión parlamentaria. En el actual Congreso, el más dividido desde que Chile volvió a la democracia, la coalición de gobierno está en minoría en ambas cámaras y cuenta con la cantidad más baja de diputados y senadores de las últimas décadas. Además de la falta de consenso en el Congreso, la propuesta de Boric tampoco es popular entre aquellos que se oponen a las AFP, como es el caso de Luis Mesina, portavoz de la coordinadora No + AFP, que desde 2016 lucha para terminar con las AFP. Está lejos de las aspiraciones que el movimiento social había levantado, especialmente después del estallido del 18 de octubre. si bien hay aspectos positivos, estos son los menores, por ejemplo, una parte de la administración va a pasar a un organismo público que es el Instituto de Previsión Social, el único organismo que queda aún vigente y que está relacionado con la Seguridad Social en Chile. Sin embargo, lo grave de la propuesta es que proponer mantener de manera intacta todo el ahorro - que ha funcionado sobre la capitalización individual - en manos de las grandes corporaciones financieras y eso es tremendamente atentatorio. Lo que ha ocurrido después de 41 años del sistema chileno es que la capitalización individual demostró ser un absoluto fracaso porque el eje de su política es justamente la rentabilidad del mercado capital y no el pagar pensiones. Luis Mesina también considera que la posibilidad de que esta propuesta salga adelante es escasa: La posibilidad de que esta propuesta logre los votos suficientes en el Congreso, se ve como algo bastante complejo, porque hay que tener presente que en Chile existe una derecha que se acostumbró a contar con todos los privilegios del ordenamiento jurídico, una Constitución política y un modelo económico que le ha permitido concentrar de manera obscena la riqueza, comparada con otros países de la región. Desde Santiago de Chile, nuestra corresponsal Yasna Mussa recoge el sentir de los chilenos respecto a este proyecto de reforma Aquí el informe: