En Colombia, rige desde el martes 17 de octubre un cese el fuego entre el ejército y el EMC, el principal grupo de disidente de la extinta guerrilla de las FARC. Ambas partes instalaron una mesa de negociaciones para alcanzar la paz a pesar de un acercamiento complicado y tenso. Es la disidencia más importante de la ex guerrilla de las FARC. El grupo de Estado Mayor Central (EMC) agrupa alrededor de 3.000 hombres.Los disidentes afirman que no estaban de acuerdo con algunos puntos del acuerdo de paz y desmovilización de 2016. Alegaban, por ejemplo, que otros grupos armados iban a ocupar las zonas liberadas.Esta semana el gobierno colombiano abrió una mesa de negociación con el EMC. ¿Qué se sabe de este grupo armado? “En algún momento, algunos de sus líderes o comandantes tuvieron una relación con las hoy extintas FARC”, dice a RFI Jorge Restrepo, director del Centro de Recursos para el Análisis de Conflictos CERAC.Estos grupos han crecido de manera notoria, explica Restrepo. “Hoy en día son responsables del mayor número de acciones violentas que han ocurrido en el país. Es un indicativo de lo formidables que son en términos de la capacidad de generar violencia, miedo y terror en Colombia”.Acerca de cómo calificar estos grupos, Restrepo dice que “no las llamaría insurgentes porque este no es un cuerpo armado organizado, es más una federación, una agrupación sombrilla que reúne muchos grupos que incluso en ocasiones están enfrentados entre ellos”.Esta “disidencia”, como se le conoce también en el país, es la principal responsable también de gran parte del tráfico de narcóticos y su producción en Colombia.Cese al fuegoAún falta precisar los puntos de la agenda de negociaciones, pero ya hay una decisión concreta. Se ha decretado un cese al fuego bilateral por tres meses. “Un primer logro significativo”, según el directos del CERAC.“Ya inicialmente, a comienzos de este año, el gobierno había decretado unilateralmente un cese al fuego al que adhirió este grupo, pero que no cumplió. Esto no llevó a una reducción de la violencia, sino que los niveles de violencia se mantuvieron”, apunta Restrepo.Opina que la negociación ha sido “muy desestructurada”, aunque esto “se ha logrado resolver en parte por el acompañamiento de la comunidad internacional, los diferentes países garantes, la Iglesia católica, incluso la participación de la misión de Naciones Unidas que han logrado presionar a las partes para darle más estructura a la negociación”.En paralelo, el gobierno colombiano mantiene conversaciones de paz con la guerrilla del ELN. Ambas negociaciones se enmarcan en el proceso de paz total prometida por el presidente Gustavo Petro.