En Estados Unidos, el gigante del comercio en línea Amazon se tambalea ante el auge del sindicalismo. Hace un mes, miles de trabajadores de un almacén de Nueva York votaron a favor de la creación de un sindicato independiente, el Amazon Labor Union. Otra votación del mismo tipo está en curso esta semana en un almacén vecino, llamado LDJ5, donde trabajan 1.800 empleados. Muchos de ellos denuncian cadencias laborales abusivas y bajos sueldos. “Hay mucha participación, pero también hay que seguir motivando a esos trabajadores que aún no han votado, que salgan a votar”: Jason Anthony es un empleado de Amazon en Nueva York. Es además uno de los organizadores del nuevo sindicato independiente Amazon Labor Union (ALU) que nació en el JFK8, un almacén del gigante del comercio en línea tras un voto de miles de trabajadores el mes pasado. Una hazaña en una empresa que desde su creación en 1994 ha hecho todo por impedir la creación de sindicatos. Pero desde el lunes 25 de abril, trabajadores de un almacén vecino, el LDJ5, se pronuncian a su vez sobre la creación de un sindicato. Mientras la empresa generó ganancias récord durante la pandemia, los empleados denuncian largas jornadas laborales y contratos de tiempo parcial y mal pagados. “La paga no es suficiente para el costo de vida que tenemos ahora mismo, por ejemplo acá en la ciudad de Nueva York, la paga inicial es a 18 dólares la hora, y nosotros estamos pidiendo una paga inicial de 30 dólares”, explica Anthony. Pese a que a finales de marzo se aprobó formalmente la creación de un sindicato en el almacén JFK8, la dirección de Amazon no parece dispuesta a ceder. “Desde el anuncio del voto el pasado primero de abril, Amazon sometió alrededor de 25 disputas ante la Junta Nacional Laboral, e hicieron reuniones antisindicales justo antes de las elecciones, enviaron correspondencia por correo, mensajes de texto, e incluso hicieron llamadas telefónicas, diciendo ‘este es tu lugar de trabajo, no dejes que Amazon Labor Union opine por ti, vota no’. Ellos crearon una página de Facebook presionando a empleados para que voten no”, denuncia Anthony. En otras empresas como Starbucks o Apple también han surgido iniciativas similares para la creación de sindicatos. Un auge sin precedentes en un país donde la tasa de sindicalización ronda el 10% de los empleados.