Más de 200 opositores fueron liberados este 9 de febrero en Nicaragua por el gobierno de Daniel Ortega, privados de sus derechos políticos, despojados de su nacionalidad y "deportados" hacia Estados Unidos. Liberados y desterrados: 222 presos políticos nicaragüenses ya se encuentran en Estados Unidos adonde viajaron después de ser liberados por el régimen de Daniel Ortega, pero también han sido declarados traidores y despojados de su nacionalidad a través de una reforma constitucional exprés. Atención médica y contactos “El expresidente del Consejo Superior de la Empresa Privada (COSEP), José Adán Aguerri, el exembajador de Nicaragua en Estados Unidos, Arturo Cruz, y la exaspirante presidencial Cristiana Chamorro, muy querida por Nicaragua, al igual que su hermano Pedro Joaquín y su primo el señor Holman. Alegres porque salen de esas mazmorras, pero todavía tenemos una dictadura que está vivita y coleando y que sigue en el poder en nuestro país”, comenta Arturo McFields, exembajador de Ortega ante la OEA que fue destituido tras calificar a su país de dictadura y que ahora reside en Estados Unidos. McFields se reunirá con los expresos próximamente: “El primer paso es darles una atención médica, porque después de un año de estar bajo la opresión del régimen, ellos necesitan un chequeo médico, sobre todo gente que tiene enfermedades crónicas, personas que tienen cáncer, incluso estaban ahí presas”, explica. “La otra parte que se me dijo tratar de contactar a gente de la diáspora nicaragüense para de algún modo ayudarles en su incorporación a la vida acá en Estados Unidos, porque no todos tienen familia aquí”, agrega. “No aceptó el destierro” También han sido liberados la mujer, la hija y el yerno de Javier Álvarez, exiliado en Costa Rica. “Me siento sumamente feliz de saber que mi familia está ya liberada, obviamente. Pues yo voy a pedir que se vengan para donde estoy yo”, afirma. No han viajado a Estados Unidos sin embargo, los sacerdotes, entre ellos Monseñor Rolando Álvarez quien, según Javier Álvarez, “no aceptó el destierro porque lo que ha habido es un destierro, la Asamblea emitió una ley quitándole la ciudadanía a todos los presos”. El secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, dijo en un comunicado que esto abre una puerta al diálogo. “La dictadura de Nicaragua quiere buscar algún tipo de espacio para sacarle peso a la inconformidad que hay en Nicaragua y una manera de buscar un alivio económico, buscar un lavado de imagen”, dice al respecto Arturo McFields. Por su parte, Javier Álvarez piensa el tema de las sanciones han estado en el corazón de las negociaciones entre Washington y Managua: “Presumimos, pero no lo tenemos como una cosa muy clara, que puede hacer que no le apliquen la Nica Act, una ley promovida por el Congreso de Estados Unidos, que tenía abiertos todos los instrumentos para poder imponer sanciones al gobierno de Nicaragua”. Según Ortega, no hubo negociaciones con Estados Unidos. Afirmó que fue su esposa y vicepresidenta, Rosario Murillo, quien contactó con la Embajada de EE.UU. en Managua para pedir la salida de los 222 presos políticos. Aún quedan detenidos en Nicaragua una veintena de presos políticos.