La lucha contra focos de incendios forestales continúa varias provincias de Argentina, combate que lleva casi un mes, en medio de las altas temperaturas y las sequías. Las últimas semanas de la primavera austral y los primeros días del verano mantienen condiciones meteorológicas adversas, tales como "el calor, los vientos cambiantes y la sequía", según una declaración del Ministerio de Ambiente del 26 de diciembre. Por el momento no se han reportado muertos ni heridos y tampoco evacuados. Las zonas más afectadas desde comienzos de diciembre están en la sureña Patagonia, donde las llamas han consumido miles de hectáreas de bosque nativo, incluso de la valiosa especie de las araucarias. “Se están quemando alrededor de 4000 hectáreas, el 90% de estas hectáreas son bosques nativos, como araucarias, ñiles y lengas”, dice a RFI Gabriel Alamo, Intendente de la municipalidad de Aluminé, en la provincia de Neuquén (Patagonia). “Las plantas tienen cientos de años. La pérdida del patrimonio natural que tenemos en este incendio es imposible de evaluarla. En estos momentos los habitantes no están afectados porque son campos donde los productores llevan sus animales para que pasen el verano, pero no es zona poblada. La zona que se está quemando no tiene comunidades cercanas, por lo menos eso es algo que nos deja un poco más tranquilo. Los lugares que la gente visita, como los lagos, los ríos y todos los centros de servicio, no están afectados por el incendio. Tampoco corren riesgo de decir que los turistas podrían llegar hasta aquí sin ningún problema”. Las sureñas Río Negro, Chubut y Neuquén, la norteña Misiones y Entre Ríos, al centro-este, "son las cinco provincias que registran focos activos" de fuego. El fuego y la humareda pueden divisarse en bosques no muy lejanos de centros turísticos como lago Aluminé, lago Nahuel Huapi y ciudad de Bariloche, vecinos de la cordillera de Los Andes, a unos 1.600 km al sudoeste de Buenos Aires. “Las condiciones son favorables para la preparación porque además de los vientos se suman las altas temperaturas: 30 grados centígrados en promedio, que para estas regiones es una temperatura muy elevada”, dice Alamo. “Además, como venimos transitando un año de mucha sequía, los campos están secos. La topografía es compleja. Para acceder recién para el día 31 de diciembre esperamos que las temperaturas bajen y en el primero tenemos probabilidad de lluvia, así que ahí podríamos empezar a torcer este combate contra el fuego. Hoy tenemos en el terreno alrededor de 200 personas. A esto hay que sumarle toda la gente que acompaña la logística. También se sumaron propietarios y trabajadores de los campos vecinos. Muy importante el aporte de las comunidades mapuche, de los pueblos originarios de la Patagonia. Se combate con autobombas. También se utilizan máquinas para hacer cortafuegos, aviones hidrantes y helicópteros que también están tirando agua.” En cambio, "los focos fueron controlados en las provincias de Buenos Aires (centro-este), Santa Fe (centro-este) y Tierra del Fuego (extremo austral)", se indicó en el informe del Ministerio de Ambiente. Los brigadistas y bomberos actúan con apoyo de aviones hidrantes y helicópteros del estatal Sistema Nacional de Manejo del Fuego. Con AFP.