Chile se adentra a partir de este miércoles en su segundo intento en dos años por cambiar la Constitución que rige desde la dictadura, esta vez con la derecha radical al frente del consejo que redactará un nuevo proyecto para ser sometido a referendo. El Consejo Constitucional se instala este miércoles para examinar el borrador redactado por expertos designados por el Congreso. El texto es una versión más moderada del que emanó del primer intento y que fue rechazado por un 61% de los electores.La Asamblea Constituyente dominada entonces por la izquierda proponía un cambio radical del sistema político, legislativo y judicial. Entre otros, establecía el derecho al aborto y otorgaba reconocimiento constitucional a los pueblos indígenas.Compuesto por 51 miembros, el nuevo Consejo Constitucional tiene una amplia mayoría conservadora. Veintitrés consejeros son del ultraconservador Partido Republicano y 11 de coaliciones de derecha tradicional. La izquierda acaparó 16 escaños y se sumó un representante indígena.Gabriel Osorio Vargas, profesor de derecho constitucional y miembro de esa comisión experta señala en la antena de RFI: "Lo importante aquí fue establecer los mínimos que tenían que estar en un texto constitucional. Se estableció un marco en el que los distintos gobiernos podrán sentirse amparados por este marco constitucional y podrán desarrollar su programa de gobierno. En Chile teníamos unja constitución excesivamente programática en la cual muchas veces las ideas, por ejemplo, de la izquierda se encontraban constreñidas por el propio texto constitucional. Ojalá al menos el consejo constitucional no tuviera un comportamiento parecido al que tuvo la convención anterior que fracasó respecto al texto que se le propuso a la ciudadanía". El 17 de diciembre los chilenos deberán pronunciarse sobre el nuevo resultado.Un eventual rechazo dejaría las reglas como están en momentos en que este país de casi 20 millones de habitantes, con una amplia brecha entre ricos y pobres, está más inquieto por la inseguridad o el costo de vida que por un cambio de normas, según los estudios de opinión.La izquierda espera que el nuevo marco en discusión incorporé pocas transformaciones con respecto a la actual Constitución."Creo que existe una idea generalizada de que hay que ponerle punto final al problema constitucional chileno y la única forma es estabelecer un texto que sea representativo y tranversal y que no represente sólo a un sector político" subraya Osorio Vargas en RFI. Del deseo obstinado por cambiar la Carta Magna, los chilenos pasaron al desinterés. Según la encuesta Cadem, el 58% no se ha informado del proceso y un 48% rechazaría la propuesta aún sin conocerla. Boric, cuyo mandato concluye en 2026, ya anticipó que este será su último esfuerzo por cambiar la Constitución.