Desde el 2015, la crisis migratoria venezolana ha impactado todos los países del continente, Colombia en primer lugar con unos 2,5 millones de migrantes acogidos. Según las ONU, siete millones de venezolanos dejaron su país. Hasta hace unos años, Bolivia no era considerada como un país de destino, sino sólo un país de tránsito. Los migrantes venezolanos preferían como destino a Perú, Chile o Argentina por la oferta laboral. Pero ahora son más los que deciden instalarse en el país andino con su familia. En la ciudad de El Alto, la casa Luz Verde se llena de risas y de voces. Unos 20 adultos y siete niños, todos venezolanos, se reunieron para pasar el día juntos. “Aquí es como un segundo hogar. Te tratan muy bonito. Te abren las puertas”, comenta uno de ellos. Aquí se puede cocinar, lavar ropa, ducharse y se organizan talleres de información. La fundación Munasim Kullakita abrió este espacio para las personas en situación de calle y para los migrantes, como albergue de día. Los martes están reservados para los “antiguos”, los que ya conocen la fundación, y que están en el país desde un tiempo ya. Como Josué, que vive en Bolivia con su familia desde hace seis años: “Tenía un compadre aquí. Nos dijo de venir. Era de paso. Me gustó aquí y nos quedamos”, explica. “Salir corriendo hacia el cerro” Muchos venezolanos eligen solo pasar por Bolivia, camino a Chile por ejemplo. Allá se puede trabajar en las cosechas, de manzanas, de cítricos o de uva. Pero desde el año pasado las leyes migratorias del vecino chileno se pusieron más duras. “Por lo menos donde yo trabajaba, todos los que éramos venezolanos teníamos que salir corriendo hacia el cerro mientras llegaba Migración. Como teníamos este trauma decidimos mejor venirnos”, cuenta Yosmary. Desde febrero de este año, la frontera entre Chile y Bolivia está militarizada para controlar, y no dejar pasar, a los migrantes sin papeles. Del lado del Perú, la situación conflictiva que vive el país desde hace unos meses influyó sobre los movimientos migratorios. “Bastante varados que nos comentan que estaban en Perú y ganaban más, pero por la crisis se tuvieron que venir. Ya no quieren moverse más cuando ya vuelven en Bolivia”, afirma Grajam, de la fundación Munasim. Las últimas cifras oficiales indican que alrededor de 20.000 venezolanos viven hoy en día en Bolivia, una cifra en aumento pero que sigue siendo bastante baja, comparada con otros países de América Latina.