El Canal de Panamá es un componente clave de la infraestructura comercial global, pero su funcionamiento se encuentra amenazado por el cambio climático. Alhajuela y Gatún, los dos lagos artificiales que abastecen de agua al Canal de Panamá, han visto sus niveles seriamente mermados por causa de la sequía. Si bien el país centroamericano es uno de los más lluviosos del mundo, los fenómenos extremos cómo el calentamiento global, pueden generar escasez de lluvias, lo que ha obligado al canal de Panamá a reducir el calado de los buques que atraviesan la vía interoceánica, La situación ha obligado a la Autoridad del Canal de Panamá (ACP) a limitar por quinta vez el calado de los buques más grandes que transitan por la vía que concentra el 6% del comercio marítimo mundial, principalmente de Estados Unidos, China y Japón. El agua de lluvia es la fuente de energía encargada de mover los barcos por las esclusas, que funcionan como ascensores elevando los buques hasta 26 metros sobre el nivel del mar para que puedan atravesar la cordillera continental. Alhajuela, junto al de Gatún, son los dos lagos artificiales que abastecen de agua al Canal de Panamá, pero ambos han visto sus niveles seriamente mermados por la sequía. El paso de cada barco precisa de unos 200 millones de litros de agua dulce que son vertidos al mar, por lo que Alhajuela y Gatún son vitales Según la ACP, del 21 de marzo al 21 de abril los niveles de agua en Alhajuela descendieron de 69 a 62 metros, mientras que en Gatún bajaron de 25,6 metros a 25, Isaías Ramos, biólogo del centro de incidencia ambiental de Panamá explica a RFI: "El canal afronta el problema de que los volúmenes de agua que se están teniendo, fueron planificados para una situación que no contemplaba los cambios estacionales que se están sufriendo, ni mucho menos el fenómeno del niño y el cambio climático." .