Pablo Solares de la organización Puente Norte explicó a RFI por qué no se espera una participación masiva de los guatemaltecos afincados en Estados Unidos en las elecciones del domingo en Guatemala, a pesar de que pueden hacerlo desde 2019. Ese año votaron escasamente 700 guatemaltecos y en esta oportunidad se espera una cifra similar. Guatemala va a las urnas este 25 de junio en un clima enrarecido por las inhabilitaciones de varios candidatos presidenciales y la persecución a la prensa en un país de emigración por la falta de seguridad y pobreza.Los guatemaltecos de la diáspora tienen un peso económico local a través de las remesas. También podrían tenerlo en la política, ya que quienes residen en Estados Unidos pueden votar desde la pasada elección. El problema es que, de 1,4 millones de guatemaltecos, solo sufragó en ese entonces una cifra irrisoria. ¿Qué va a pasar ahora?“Para contestar esa pregunta la única base que tenemos es la experiencia que se tuvo en la elección anterior de 2019, en la cual únicamente 700 personas votaron en todo Estados Unidos, país que, sea dicho de paso, es el único donde es posible hacerlo”, dijo a RFI Pablo Solares, analista de Puente Norte, organización centrada en el estudio de las migraciones desde Guatemala.Según Solares, una de las principales causas para esta baja participación es “la mala planificación y la mala administración de la elección por parte del Tribunal Supremo Electoral en Estados Unidos. Por eso se especula que en esta oportunidad votará una cantidad no mucho mayor. Estimamos que el peso del voto en el extranjero para Guatemala va a ser nulo o cercano a nulo. Vimos muy poca voluntad política por parte del Tribunal Supremo Electoral de incluir a la población guatemalteca residente en el extranjero para los planes de esta elección”, subraya el analista.Las dificultades que enfrentan los guatemaltecos afincados en Estados Unidos son apenas un aspecto de un proceso electoral cuestionado por la inhabilitación de candidatos, la persecución de la prensa y la corrupción.“En este momento los derechos políticos de los guatemaltecos están siendo vulnerados. Entre otros, la libre participación de los ciudadanos, independientemente de sus orientaciones ideológicas, sobre todo si no son afines al sistema actual, que es percibido como un gobierno corrupto. (También está siendo vulnerada) la participación de los jóvenes y de las personas en el exterior. Guatemala no ha logrado superar todos esos retos”, puntualiza.Según una encuesta publicada este jueves por el periódico Prensa Libre, la primera dama social-demócrata Sandra Torres, encabeza la intención de voto con el 21,3%, seguida por el ex diplomático centrista Edmund Mulet, con 13,4%. Con estos resultados sería necesario una segunda vuelta el 20 de agosto.