El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, llamó el miércoles a los Gobiernos del mundo a adoptar "soluciones duraderas" contra el hambre, en vísperas de una reunión de ministros de finanzas del G20 en Río de Janeiro. La cumbre de los líderes está prevista en noviembre. Más de 700 millones de personas pasaron hambre en el mundo en 2023, es decir, casi el 10 % de la población mundial. Esta es la alarmante cifra que desvela el último informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura y que el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, ha denunciado en la reunión del G20 en Río de Janeiro.“No puede ser que, a mediados del siglo XXI, cuando ya estamos hablando de Inteligencia Artificial, sigamos pidiendo a los dirigentes de todo el mundo que, por favor, se ocupen de los pobres porque son seres humanos, son personas, y quieren tener oportunidades”, dijo el mandatario brasileño.El hambre en el mundo sigue siendo un problema sin resolver y Lula da Silva quiere acabar con esta fatalidad. Para ello, la primera propuesta que el líder brasileño ha defendido es la implementación de un impuesto global para los superricos. Una medida que cuenta con el apoyo de varios países y que podría recaudar unos 250.000 millones de dólares anuales, pero que no está exento de polémica.“Es controversial porque es un impuesto internacional, uno está acostumbrado a pagar impuestos, a tributar en el país de donde viene, donde nació, donde trabaja. En este caso no queda bien en claro a quién se lo tendría que pagar, si habría una obligación por parte de esas personas de pagar el impuesto o sería voluntario”, explica Mile Chialvo, del Observatorio de Política Internacional de la Universidad de Santa Fe, Argentina.Otros de los puntos controvertidos han sido las guerras en Ucrania y en Gaza, conflictos que sin duda influyen en el aumento del hambre en el mundo y que tienen divida a la comunidad internacional.“Dentro del G-20 hay posiciones tan distintas como pueden ser la de líderes como Rusia o Estados Unidos, así que no podemos lograr que estos países lleguen a un acuerdo sobre cómo ponerle fin al conflicto, porque obviamente los dos quieren cosas distintas. por ende, lo que se resolvió es que en estas cumbres del G20 no se discutan estos temas porque realmente no se llevarán a ningún puerto”, analiza la experta.Finalmente, el punto en común entre los participantes llegó con la llamada “Alianza Global contra el Hambre y la Pobreza”, que tiene como objetivo que los países que la adopten voluntariamente establezcan políticas públicas para acabar con este fenómeno a cambio de financiación, tecnología y conocimiento. ¿Es esta una solución viable para acabar con la crisis?Según Mile Chialvo, va a depender de dos factores. “El primero es que quedan cinco años y los países que se comprometieron con los Objetivos de Desarrollo Sostenible tienen hasta el 2030 para mostrar qué hicieron todo este tiempo. Eso puede ser un impulso. Por otro lado, quizás con el acceso al financiamiento y a las herramientas de conocimiento se tenga una salida más positiva”, concluye.Todos estos retos volverán a plantearse en la cumbre del G20 en Río de Janeiro, prevista el 18 y 19 de noviembre de este año, donde Lula da Silva intentará sentarse en la mesa de los grandes para acabar con el hambre que califica “la más degradante de las privaciones humanas”.