Ser periodista en la Amazonía brasileña, y denunciar la corrupción o la violación de leyes y derechos humanos o medioambientales, se puede traducir en amenazas y hasta puede costar la vida. El informe "Las tierras quemadas del periodismo en Amazonía", de Reporteros Sin Fronteras, revela hasta 66 ataques contra la libertad de prensa en la región, incluyendo dos asesinatos, en el plazo de un año. Llevan una diana en la espalda. Así describe Reporteros Sin Fronteras (RSF) la situación de los periodistas en la Amazonía de Brasil. El informe de la ONG "Las tierras quemadas del periodismo en Amazonía" revela que entre el 30 de junio de 2022 y el 30 de junio de este año, hubo 66 ataques contra la libertad de prensa en la zona.Múltiples temas tabúes“Ya sean agricultores, ganaderos, madereros, buscadores de oro o directivos de empresas mineras, quienes acaparan la tierra y los recursos naturales buscan silenciar cualquier voz que denuncie abusos y vulneraciones de los derechos humanos y de la legislación medioambiental”, reza el informe.“Los temas tabúes o los temas que más han generado represalias han sido política nacional, pero también local, involucrando temas de la administración y las municipalidades en la región de Amazonía, pero que siempre involucran casos de corrupción, y también, por supuesto y con mucha énfasis, temas socioambientales, la acción de las minerías, crímenes ambientales en la región, conflictos de tierra con las comunidades tradicionales y pueblos indígenas”, detalla para RFI Artur Romeu, director de la oficina regional de Latinoamérica de Reporteros Sin Fronteras.De los 66 casos registrados, 16 estaban precisamente relacionados con investigaciones sobre la industria agrícola, la explotación minera, los pueblos indígenas y los derechos humanos. El más destacado fue el asesinato del periodista británico Dom Phillips y el indigenista brasileño Bruno Pereira por personas ligadas al narcotráfico en el Valle del Yavarí. Sin embargo, estas agresiones tienen muchas formas y caras.Amenazas variadas“El fotorreportero que ilustra la portada del informe se llama Edmar Barros, es un fotorreportero brasileño que está justamente fotografiando un área de quemada en el sur del estado de Amazonas en 2023, y al regresar de la misión de su cobertura, recibe llamadas en las cuales dicen que si continúa a dar visibilidad a las quemadas, él mismo va a terminar quemado”, ejemplifica Artur Romeu.Las amenazas toman varias formas, añade: “Amenazas de muerte, impedimentos de cobertura, acoso judicial, acoso moral, destrucción de equipo, robo de equipo, destrucción de medios, de las instalaciones de medios de comunicación locales”.Reporteros Sin Fronteras destaca que es necesaria una mayor involucración de las autoridades para aplicar las leyes y proteger la labor de los periodistas y los medios, así como una mayor educación mediática para prevenir la propagación de noticias falsas que tienen como objetivo desviar la atención o incluso justificar estas violaciones de derechos.